Image by m a c h i n t o y via FlickrEl lobo de siempre, como en las fábulas, ha hablado. Nos dice que se ha hecho vegetariano, sin limpiarse la sangre reseca de sus comisuras, con la misma boca –colmillos, caninos...-, y sus garras apenas ocultas por la ajada piel de cordero a la que se le ha dado un nuevo tinte. Sigo viendo los mismos ojos, las mismas orejas, los mismos colmillos, las mismas garras... el mismo lobo. Abuelita, yo no me creo el cuento ése.
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