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martes, 31 de julio de 2018

PARAMILITARES


Compré « Patria » la novela de F. Aramburu hace más de un año. El libro ha estado en la mesilla todo este tiempo, no se abría, otros libros han ido pasando, sobre todo de teatro y de interpretación “Un día de éstos lo empiezo” pero la portada, que me recordaba el asesinato de José Luis López Lacalle en Andoain, se había convertido en una barrera.
Participar como figurante en la película “El hijo del acordeonista” que tiene algo que ver con la novela de B. Atxaga me hizo pensar que a lo mejor era el momento de empezar con “Patria” pero no, compré la traducción al francés “Le fils de l’accordéoniste” y me la leí en una semana, la acabé coincidiendo con la llegada del Tour de France a los Pirineos.
Y, una vez más, me encontré explicando a los amigos franceses lo que iba a ser la etapa contrareloj entre Sanpere y Ezpeleta, la presencia organizada de miles de seguidores de las asociaciones abertzales del otro lado de la muga, del sur del Bidasoa, en el recorrido, cómo se planificaba quiénes iban a venir y a cuántos tenían que arrastrar, qué pancartas, banderas y banderolas se iban a exhibir, dónde se iban a colocar en función de la retransmisión y que no se preocupasen que no iba a haber incidentes, que tocaba mostrar el aspecto de lucha respetuosa del pueblo mártir ante el mundo exterior… Estaba seguro que el día de la etapa era el día ideal para darse una vuelta por Obaba, Eibain o Hernieta y tomar un aperitivo tranquilo, en un pueblo vacío de militantes, quizá fuera difícil encontrar una taberna abierta, alguna habría dónde hacerlo, pero tampoco fui a comprobarlo. 
Vi la retransmisión con curiosidad, con más interés en los avances de la bioquímica deportiva al servicio del márketing que en la exhibición propagandística que el mando etarroide del aparato de comunicación y relaciones públicas había montado, quizá un poco menos insoportable de lo que yo había previsto.
Y cuando los paramilitares regresaron a los pueblos y barrios que ocupan por las tierras vascas, empecé la lectura de “Patria”, los breves capítulos van pasando, las tripas lo resisten y mi memoria histórica también, ahora tengo que terminarlo, poniendo las imágenes vividas entre las líneas escritas, muy bien escritas, así que, cuando descanso de la lectura, el libro sigue vivo, como preguntándose cómo pudimos resistir tú y yo aquel tiempo, cómo podemos vivir aquí y ahora.


sábado, 28 de julio de 2018

DE CROWFUNDING A CROWDFUNDING


Pierre-papier-ciseaux est un jeu effectué avec les mains et que tout le monde connaît. Le documentaire « Tijera contra papel » ou « Ciseaux contre papier » est un documentaire qui expose la situation de la censure actuellement en Espagne.

Après un temps de modernisation indéniable, l’Espagne est de nouveau en proie à des forces les plus réactionnaires qui occupent le pouvoir surtout à la justice, mais aussi dans une partie de l’administration publique et des différents corps de policiers.

En conséquence, la censure des expressions de rébellion est démesurée de nos jours en Espagne, en particulier contre les rappeurs et autres musiciens. Ce film, financé partiellement par « crowdfunding », est un dur portrait de la situation espagnole voire européenne.

On veut présenter le documentaire au public français et pour payer le sous-titrage nous avons démarré un deuxième « crowdfunding »

Vous pouvez participer au suivant lien 



Les corbeaux ne font pas de crowfunding  


miércoles, 4 de julio de 2018

Preparando a nuestros hijos para la vida inmoral

Me gusta el fútbol, prefiero practicar el rugby o el hockey, y verlos como espectador, pero me gusta también ver el fútbol, no mucho en los estadios porque estás rodeado de gentes que portan sus frustradas vidas consigo y es casi imposible que no amarguen el mejor de los partidos, así que ver las retransmisiones televisivas en familia o en tabernas, donde el público es más heterogéneo normalmente, pues me gusta.

Pero la normalidad con la que en el fútbol se hacen trampas, simulando lesiones o agresiones para engañar al árbitro y sacar ventaja ilícita, sin que sus protagonistas sean sancionados, mereciendo como mucho algún comentario jocoso o exculpatorio por parte de los locutores y una sonrisa comprensiva del árbitro cuando no es engañado, me parece vomitiva, da profundo asco. Las imágenes repetidas de los protagonistas del fútbol, los migrantes mercenarios y ricos, cometiendo delitos contra las reglas deportivas del fútbol que muchas veces son premiados,  -se elogia que  el jugador provoque que el árbitro se equivoque pitando un penalti, por ejemplo -,  y recompensados por quienes acompañan ese mensaje delante de los micrófonos o, como mucho, dignos de comentarios comprensivos de la simulación, transmite a la sociedad, a nuestros hijos, un mensaje equivocado “las normas están para saltárselas”o “todo vale para ganar” y esa es la consecuencia que se graba en el lugar destinado a la educación de los infantiles cerebros. Y además los padres machacamos la misma idea, dando por bueno que la ética es una mierda molesta tanto para ganar un partido como para ganar unos ingresos, porque hacemos nuestro el maldito discurso del mundo inmoral del negocio del fútbol.

Y luego está el árbitro, ese idiota al servicio de la misma formación en la falta de valores. Acepta la trampa como algo sustancial del fútbol, acepta que se le increpe, se le discuta, se le desprecie, se le ignore, se le burle ¿Qué pinta en el fútbol y por qué no se dedica a arbitrar la lucha libre americana? Las transmisiones del Mundial 2018 machacan el mismo mensaje: la autoridad no está para hacer respetar colectivamente las reglas, la autoridad está para saltársela y ser ridiculizada. El árbitro no se puede respetar a sí mismo porque los mafiosos, en el sentido de que carecen de toda ética, que mandan el entramado futbolero le dejarían sin empleo, así que la falta de respeto continuo entra dentro de su salario y él solo tiene que cumplir con el mínimo de la forma de los artículos del reglamento pero sin aplicar los principios éticos de la práctica deportiva reglada, que supongo están en el código deportivo.

No sé las consecuencias de la educación que da el fútbol en nuestras sociedades, aunque intuyo que no son buenas, pero me parece que los responsables, todos los responsables, del fútbol en todos sus aspectos, son también responsables de los daños y perjuicios que causan en la formación de los ciudadanos del futuro.