-¿Dónde
están las remesas de los emigrantes? –Me preguntó retóricamente “el telefonista”
para responderse-. No están, no están… se quedan en el exterior. Los emigrantes
españoles no las remiten a sus familias de España, no se fían del sistema bancario
español ni del futuro del país, las ahorran en fondos internacionales o las
invierten en sus lugares de acogida… sólo se gastan lo imprescindible en sus
vacaciones en España, si las hacen aquí. Nuestros jóvenes talentos están
haciendo lo que siempre ha hecho la burguesía española: guardar el dinero fuera
por lo que pueda pasar.
-Eres
muy pesimista, al final siempre es dinero que viene en mayor o menor medida.
- No
soy pesimista, creo que el “efecto llamada” se está produciendo pero a la
inversa. El joven preparado español sale fuera, busca su hueco en otra
sociedad, coloca su dinero allí y luego llama a sus padres para que con la
excusa de cuidar a los nietos se jubilen con él o con ella o con ambos porque
cada vez salen más mujeres y parejas. Es una nueva emigración, en la que sólo
los viejos tienen nostalgia y regresan alguna vez.
- Creo
que ves mucho “Españoles en el mundo”.
-Lo veo
todas las semanas para ver todo ese capital que hemos perdido y tengo
sensaciones “argentinas”. Creo que estamos repitiendo experiencias por las que
otros países tan cercanos como Argentina han pasado hace poco y siguen pasando.
Le
llamamos “el telefonista” porque anunciaba tanto la jugada que el equipo
contrario la interceptaba casi siempre y ahora, la vida tiene esas cosas, es
directivo de una empresa de telecomunicación.
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Y dice una verdad como un templo.
ResponderEliminarAl menos en lo que se refiere al dinero, lo ha clavado.