O ponga
un español en su empresa. En Europa y posiblemente en el resto del mundo cada
vez se dice más esta frase. Esta frase es la solución para muchos problemas
porque el español, para el empresario europeo, es un trabajador joven y bien
preparado pero no exclusivamente especializado en un campo concreto de la
actividad económica sino que es polivalente o flexible.
La
imagen del trabajador español actual en Francia, en Reino Unido o en Alemania
es buena, muy buena por lo general, al menos es lo que yo percibo en contactos
y navegaciones. Y eso contrasta con la imagen de España, mientras que los emigrantes
españoles son la imagen de la solución para los problemas de personal que las
empresas europeas no llegan a solucionar con sus propios nacionales, la imagen
de su país de procedencia es pésima, análoga a la de Guinea Ecuatorial según
una reciente comparación que se me ha hecho.
Es
curioso, porque esos “chiringuiteros” que dicen representar a los empresarios
españoles y sus lacayos dirigentes políticos se empeñan en justificar sus
demenciales reformas laborales en la escasa productividad de los trabajadores
españoles, en la rémora para la competitividad de sus empresas que se deriva de
tener que acudir a los trabajadores españoles, mientras que son ellos quienes
contribuyen más a deteriorar el capital intangible que nuestros jóvenes
exiliados están creando en el exterior.
Quizá
la “madame” alemana de la casa putas europea está desangrando al enfermo
español para secuestrar a nuestros jóvenes con toda la intención y no es un
error su empeño en agravar el estado de salud de España –nunca hemos creído que
fuera un error-, sino una etapa de un plan mucho más complejo que le han
exigido los verdaderos mandamases financieros; al fin y al cabo la canciller es
una marioneta más de los ricos ricos por muchas ínfulas que se dé. España no necesitará en el futuro de sus
jóvenes preparados para prostituirse por Eurovegas y otros parques de viciosas
atracciones; para ser catre de soldadesca sólo hace falta saber abrirse de
piernas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario