Los lameculos del
poder dicen que hablar de clase obrera, lucha de clases,oligarquía
financiera, revolución… está pasado de moda, que es un lenguaje
viejo y que no se entiende. Es triste pero tienen razón, no se nos
entiende,los viejos profesores hemos devenido una especie de ruido
marxista allí al fondo de la sala que interfiere el lenguaje
economicista, al que más vale no prestar atención si se quiere ser
práctico.
POUM (Photo credit: Wikipedia) |
Puestos a votar,
habiendo abandonado la revolución, los obreros están optando y
pueden hacerlo aún más, por votar a la extrema derecha, a la que la
oligarquía financiera tampoco acepta en el reparto del poder, quizá
porque son lo mismo pero sin modales, con otro lenguaje pasado de
moda y porque pueden cargarse este sistema tan cómodo de votaciones
cada cuatro años para perpetuar el sistema,el juego de las sillas
como rito político que se consume por los obreros como la única
democracia posible. Otros obreros, sin embargo, se apuntan al
djihadismo y sus variantes ante la falta de herramientas útiles para
cambiar el orden social y a la vez son así útiles para conservar el
sistema que les hizo nacer en esos barrios urbanos, verdaderas
fábricas de djihadistas.
El lenguaje viejo y
pasado de moda nos lleva de visita al tanatorio donde reposa el
cadáver de la esperanza de que la clase obrera, de las clases
populares si se prefiere. Y, con cierta ironía, uno desea que los
proletarios de Europa, no solo voten el domingo en que toca sino que
no dejen al día siguiente de marcar de cerca a los electos, que no
dejen la calle, que no dejen su derecho de lograr que se cumplan las
promesas, frente a la estafa de la invencible UE.
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