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Las hipotecas basura demostraron que el sistema financiero
mundial es sólo un montaje para que unos pocos roben a otros, todos los demás, impunemente y las medidas reconductoras de la
debacle del viejo mundo industrial occidental demuestran que ese montaje
pervivirá.
Los bienes industriales se van a producir y consumir en
Oriente, donde viven los costes baratos –las
personas somos costes-, y donde se encuentran los consumidores emergentes –las personas
somos clientes-, así que a Occidente le queda el comercio y las finanzas.
¿Qué hacer con las masas de las viejas economías? Ahumarlas.
La solución que han buscado los financieros occidentales es envolverlas en el
humo de la reforma laboral, la reducción del déficit, apretarse el cinturón... Dado
que los costes occidentales son insoportables y que los clientes occidentales
pobres, lo lógico es convertirlos en costes orientales cuanto antes para que
luego puedan convertirse en nuevos clientes orientales y así recuperar el ciclo
o hasta que les de tiempo a los de la pomada mundial de apropiarse de las
nuevas economías orientales mediante el comercio y las finanzas y si la rebelión
de esas masas occidentales se fuera a dar inevitablemente, siempre queda el
futbol y la guerra para exterminar o la rebelión o las masas.
O sea que este año del Dragón o nos ponemos al servicio de
los que mandan yéndonos en misión a Oriente lejano para su beneficio o nos
quedamos para orientalizarnos en jornadas y salarios con el riesgo de que nos
manden a un Oriente más cercano con un fusil en las manos a morir por su
patria.
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