A Cultural Revolution Poster promoting Albanian-Chinese cooperation. The Caption at the bottom reads, "Long Live the great Union between the Parties of Albania and China!" Despite what the painting may suggest, the leaders only met once in 1956, before the Sino-Albanian alliance. Enver Hoxha. The Khrushchevites. Tirana: 8 Nëntori Publishing House. 1980. pp. 231–234, 240–250. (Photo credit: Wikipedia) |
Le conocemos por “6 pies” desde su juventud, cuando su
altura y su aire de protagonista de novelitas del Far West le ganaron el apodo.
La otra noche, después de la ración de pulpo mensual, comentaba en voz alta:
-En Albania sólo hay cabras y comunistas.
- Fue lo que me dijo un camarada del partido a su vuelta de
un viaje a la Albania de la dictadura del Partido del Trabajo de Enver Hoxha.
Eran años de transición en España hacia una democracia, muy defectuosa, pero
democracia al fin y al cabo -Euskadi sigue transiendo entre pesadillas de un
sangriento pasado inmediato y un presente de horizontes limitados-, y en
Albania unos años más tarde el comunismo cayó, más por la muerte del supremo
camarada que por la muerte de un sistema insostenible que sujetó a aquellas
naciones de Europa del Este durante décadas en el pasado siglo.
-En Gipuzkoa sólo hay
cabras y abertzales.
-Temo que dentro de unos años, alguien lo diga. Si yo estoy
por aquí, no sé qué cabra seré, ya que no me veo como abertzale. Pero las
sensaciones de cada día, con esta ecología empobrecedora sin alternativas que
no es la ecología espontánea de los civilizados que han advertido que el
desarrollo por el desarrollo es un suicidio, sino que es una especie de
contrapeso de la ideología homicida para el prójimo que subyace en esa
proclamada mezcolanza de imposiciones identitarias e incluyentes para los
inmediatos –o abertzale o exiliado-, y respetuosa con los lejanos sean
yihadistas, chavistas o antioccidentales cualesquiera, mezcolanza fascistoide
que es aceptada de buena fe por tantos
ciudadanos.
-Todos tenemos derecho a equivocarnos.
- Algunos hemos reconocido nuestros errores de juventud y
del pasado no tan joven y hemos perdido perdón, siendo conscientes de que el
perdón no resucita a los asesinados ni nos excusa de habernos reído de que en
Albania hubiera sólo cabras y comunistas.
Pidió la copa de orujo de costumbre y buscó un pequeño
habano que siempre oculta en un bolsillo de su chaqueta.
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