Three Amigos (Photo credit: Wikipedia) |
Había una vez un cashero
–a lo mejor era un campesino o un labrego-, que tenía un asno y pocas luces. Pensando
en ahorrar gastos, ya que había despilfarrado su dinero en obras con sus amigos
financieros, se le ocurrió la idea de enseñarle a no comer. Para ello le estableció
una reducción paulatina de la ración diaria de cebada.
Fueron pasando los
días y el idiota con sus amigos financieros se felicitaban por los progresos
que hacía el pollino “Comiendo así, podemos tener más burros” –proclamaban-.
De modo que llego un
día en que el burro dejó de comer por completo. Fue entonces cuando el amo
gritó: “¡Bravo, lo he conseguido!” Y sus amigos le invitaron a una buena
cerveza alemana de importación que con camarera incluida le habían traído. Aquella
noche, se acostó resacoso, muy feliz y satisfecho de su logro.
A la mañana siguiente
cuando se acercó al establo a poner a trabajar al voluntarioso animal que
seguía, piel y huesos, laborando en aquella explotación, el aldeano lo encontró
muerto.
Y sus amigos le
dijeron unos: “¡Es malo darle tan poco pienso!” Y otros le dijeron: “¡Qué
lástima, ahora que ya había aprendido, se te ha muerto!” Pero todos se fueron corriendo y dejaron al
gilipollas llorando junto al cadáver.
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