Cariño, esa misma brisa
Que acaricia tu irresistible cabello
En el cálido anochecer
Es la que está provocando la ola,
La ola que hunde la barca
Con los dos pescadores, padre e hijo
El padre va a perder al hijo
En el mismo momento en que hacemos
El amor en las altas hierbas
Una mortal víbora ha optado por la huida
En vez de morder la piel desnuda
Que acaricio, donde acaricio.
Te limpias de los molestos restos de pasión
Con el papel producto de la empresa
Que pagó al político que conduce a su pueblo
A la destrucción
Y mi cabeza acumula triviales respuestas
A las preguntas que quizá no se hace
Esa gaviota blanca inmaculada
Que me caga al pasar
Mientras te observo arrebatado.
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