Jaca as viewed from the Rapitan fort. (Photo credit: Wikipedia) |
En tiempos recientes me he dado algunos paseos por los
Pirineos y he frecuentado los refugios lógicamente. Refugios en los que hay de
todo, buenos o muy buenos, Ángel Orús, Larribet, San Nicolás de Bujaruelo,
Montgarri… y los otros.
Pero también he ido a hoteles como la mayoría de los
turistas que visitan nuestros valles y no se machacan por senderos y cumbres.
Hay hoteles caros pero buenos, recuerdo el de Llanos del Hospital por ejemplo o
el Parador Nacional de Artiés, en que sabes que lo que vas a pagar se compensa
no solo por la ubicación sino por el servicio que ofrecen. Hoteles familiares,
un poco vetustos, como el Hotel Ciria en Benasque o el Londres de Luz Saint
Sauveur en los que no te llevas sorpresas desagradables. Hoteles de buena
relación calidad/precio como la Hospedería de Roda de Isábena o el Hotel
Sánchez de Ainsa, éste, a pesar de su entrada por la cafetería llena de mamás
con niños jugando, es una de las sorpresas más agradables de mi último viaje:
48 euros por una habitación doble, moderna y confortable, con los desayunos
incluidos. Y luego está, como caso aparte, el histórico Hotel Mur de Jaca, hotel kitsch,
ruidoso, incómodo, catálogo de averías en calefacción y ducha, muebles de
pesadilla, desayuno con productos de marca blanca de Lidl y Mercadona… hotel que
exhibe los retratos de sus ilustres visitantes del pasado para recordar al
sufrido huésped que otros también fueron rehenes de la escasez de plazas
hoteleras que puntualmente se produce en Jaca y, como remate, el personal hace
saber con una sonrisa que las quejas de los clientes forman parte del guión de
la pesadilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario