La mesa de la
taberna es un modelo para un bodegón, las pequeñas cazuelas de
barro con restos de aceite y especias, los platos recogiendo los
cubiertos entre huellas de las recetas que pasaron por ellos, los
vasos que se han quedado mates de alcohol, las migas esparcidas por
el barniz de las tablas sin mantel, las copas y la botella de orujo
que se han hecho un espacio para que el veterano fiscal comente:
- ¿Cuándo se
conoce que un abogado miente? Cuando mueve los labios.
El viejo chiste no
hace reír ni a quien lo cuenta, quizá porque tampoco lo pretendía,
y prosigue:
- El comportamiento
incorrecto de un letrado daña al cliente y produce un claro
perjuicio en los abogados honestos, dañando su imagen. El
abogado tiene una responsabilidad social y la sociedad no perdona
las actuaciones negligentes e irresponsables.
- ¿Exponer
públicamente sospechas de que hay comportamientos deshonestos en los
tribunales de justicia es irresponsable? - el letrado habla, después
de sorber un poco del aguardiente - ¿La responsabilidad social no
exige que los abogados informemos a la sociedad en qué mar proceloso
navegamos todos los días? Mientras hay abogados que pensamos que hay
delincuentes con toga de puñetas en puestos a los que llegaron por
oposición, esto es, por demostrar que tenían memoria en un momento
de su vida y que, una vez con la espada del poder en su mano, ejercen
de salteadores de caminos emboscados en expedientes judiciales...
- La generalizada
opinión de que la moral es asunto privado es un error español que
pagamos en todos los aspectos de la gestión pública. La ética, la
capacidad de la persona, la personalidad, lo que hace que un
individuo sea un juez, antes que sus conocimientos del Derecho, no se
miden en la oposición.
- Lograr que un
abogado sea un buen profesional depende de muchos factores: lo
procesos de formación teórica también deben mejorar, así como
los colegios profesionales deben implicarse más en el cumplimiento
por parte de los colegiados de las normas deontológicas. La
enseñanza de normas éticas en los cursos universitarios nunca se
puede considerar excesiva, aunque a nadie parece importar el estado
actual de indigencia en esta materia. Los cambios a realizar,
requieren una implicación profunda por parte de los letrados, pues
sin su acción las normas deontológicas caerían en terreno estéril
y no darían los frutos esperados.
- Dentro de un
Estado de Derecho, el buen funcionamiento de la justicia es
fundamental. Pero esa justicia debe fluir a través de la
interpretación de la ley. La misión del abogado es contribuir a su
realización, a que la interpretación de la ley sea justa.
Y la botella se iba
quedando vacía, pero había más.
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