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lunes, 15 de febrero de 2021

FILOSOFÍA DEL DERECHO

“Yo confío en la justicia”, cuando oigo a alguien decir esta oración, lo primero que pienso es que es un sinvergüenza, pero, a veces, no lo dicen sinvergüenzas sino tontos, e incluso, lo he oído decir a gente que ha tenido un cierto trato con la justicia y que les ha ido bien en aquella primera ocasión. Nunca he oído a alguien repetir dos veces la frase y sigo pensando que quien dice que confía en la justicia o es sinvergüenza o tonto.

“Con la verdad se puede ir a todas partes”, otra frase insensata que se oye en la entrada del palacio de Justicia con frecuencia. Mi querido Artemio Zarco, un gran letrado y un personaje inolvidable, solía responder a ella “Incluso, a Martutene”, esto es, diciendo la verdad se puede ir a la cárcel pues Martutene es la prisión provincial de Gipuzkoa, por ahora. Porque el problema es que la verdad del que la dice en el proceso no es la verdad que es escucha por el Tribunal, el Tribunal selecciona de lo que se dice lo que confirma su verdad interna y no oye todo aquello que se opone a su verdad. O sea que si los hechos que el Tribunal tiene en su mente abren la puerta de la cárcel, ninguna verdad que se diga la mantendrá cerrada.

“Lo que ha declarado es falso” o es mentira ¡Cuántas veces alguien lo dice después de un testimonio! Muchas veces, la declaración oida es convincente a todas luces. La mentira no es lo contrario de la verdad en un proceso, la mentira en sala es una verdad distinta, a veces, cuanta más sinceridad hay en quien miente, esa verdad es tan distinta que no se parece en nada a la realidad pero hay que aceptar esta paradoja, viene con las reglas del juego. Hay quien dice la verdad y el Tribunal no le cree pero el Tribunal cree a quien miente porque quiere creerle, aunque su declaración vaya contra la lógica o las leyes de la física. 

“Cuando te quieren condenar, te condenan, cuanto te quieren absolver, te absuelven. Uds. No se esfuercen tanto en la argumentación jurídica, el Tribunal buscará los argumentos para justificar el fallo. Su tarea como abogados es caerle mejor al Tribunal que el contrario para que así les quiera dar la razón” Más o menos era lo que nos decía el Profesor de Derecho Civil en la Universidad de Deusto hacia el año 1969.   

“Qu’un juge soit con est inévitable, qu’un con soit juge est une catastrophe” Incluso el mejor juez puede tener un día tonto, eso es inevitable, pero cuando un tonto llega a juez, se le dota de un poder tan ilimitado como el de juzgar, el de resolver sobre vidas y haciendas… ¡Qué catástrofe! El daño que causa es irremediable siempre, siempre.




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