English: The Urriellu under the moonlight Español: El Urriellu iluminado por la Luna (Photo credit: Wikipedia) |
A veces sueño que estoy escalando el Naranjo de Bulnes o el
Gran Capitán o no sé qué pared de dificultad y altura. Me veo pegado al muro
irregular, sujeto a un pequeño resalte con los dedos de una mano resinosos,
despellejados, los pies han buscado unos apoyos ridículos y la otra mano busca
entre la chatarra algún elemento que me pueda asegurar a la vida, la cuerda que
me lleva hasta el compañero de más abajo, al que no veo y apenas oigo, a las
fijaciones que ido metiendo con sudores, el casco me parece una palangana
volcada sobre la frente… y miro hacia abajo y el patio que hay me deja sin
aliento, vuelvo a mirar hacia arriba, ya tengo en la mano un “friend”, al que
busco destino sin tener nada en claro, y veo lo que me queda por subir, momento
en que soy consciente de que no lo haré nunca, de que voy a morir allí y apoyo
mi mejilla para despertarme, totalmente alterado, contra la almohada. Mi mujer
me suele decir algo cariñoso:
-
Es un sueño, tranquilo, solo es un sueño.
Me suelo quedar despierto un rato, o lo que queda hasta que
suene el despertador. Doy vueltas a las imágenes, a las variantes del sueño, por ejemplo cuando hay hielo en la pared que escalo y llevo piolets, pero percibo que uno de los
crampones se va desprender de la bota inevitablemente. Intento racionalizar si
son sueños de una determinada estación del año, si tienen que ver con lo que he
cenado…
Hoy, cuando me despierto de este sueño tan repetitivo, no estoy en mi cama, estoy en una litera dura, el olor
humano lo invade todo -parece una broma que en el refugio de Urrellu pongan
fabada para cenar-, echo de menos a mi mujer. A la tarde, cuando descendamos,
después de los interminables rappels, del Picu, le compraré alguna tontería en
el pueblo.
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