El
machismo se combate con la educación y la educación no solo es la
escuela, aunque también sea la escuela. El mensaje social permanente
sigue siendo machista, los propietarios del entramado de medios,
especialmente audiovisuales, tienen una determinada concepción del
mundo y de la vida y los contenidos que conforman la ideología
predominante que inyectan en diariamente en los receptores de sus
mensajes responden a esa concepción, por ejemplo la concepción
nacionalista vasca del mundo y de la vida es evidente en todos los
contenidos de la programación de EITB, tanto como la concepción
nacionalista española en RTVE, lo cual es voluntario, es querido por
quienes tienen el poder de esos medios. Sin embargo, la concepción
machista que también es evidente, para el que quiera verla, en la
educación que esos medios dan a la sociedad no aparece como querida
pero es tan eficaz que compensa y supera los esfuerzos que
contradictoriamente se realizan para educar en valores de
reconocimiento a la mujer como persona. Tiene más éxito el mensaje
constante de que la mujer es un mero sujeto pasivo de la voluntad del
hombre, de que la hembra del mono con camisa es un objeto en manos
del macho o de los machos de la manada, que cualquier otro mensaje
que se cuele en los huecos que deja libre esa concepción machista
del mundo y de la vida: el pene empieza en el cerebro y no deja
espacio para una verdadera reflexión y planificación de contenidos
que pudieran ser eficaces, además de que el dinero y el poder que
hace ganar la programación popular a los ricos y poderosos refuerza
que no deseen poner en peligro ese dinero y ese poder. Así que le
dan al pueblo, lo que siempre le han dado, represión.
La
represión de la violencia doméstica, la respuesta severa y tremenda
“a posteriori” no soluciona nada. La vigente Ley de Violencia de
Género es criminógena, genera incluso más violencia porque el
agresor se ve agredido por su víctima y por lo que llamamos
Justicia, así que responde como un macho, restableciendo el orden,
reprimiendo a su vez a la víctima que se rebela pero seguimos por
esa vía de jurisdicciones especiales, creando “Tribunales de Orden
Público” en el hogar donde en procedimientos de juicios
sumarísimos, verdaderos “Consejos de Guerra”, solo se decide
cómo se ha de fusilar al reo, si de frente o de espaldas. Es
vomitivo este sistema legal y judicial que ha criminal izado las
broncas conyugales pero no evita, porque no puede evitarlos, la
violencia letal, la imposición diaria de la voluntad del macho, la
venganza del pene injuriado y, aunque sea en un porcentaje mínimo de
casos, la instrumentalización del mismo para obtener resoluciones
judiciales favorables en la liquidación de los intereses económicos
del consorcio.
La
vía de la represión es una vía muerta pero la vía de la educación
requiere dar la vuelta a una espiral de degradación en esta sociedad
de monos con camisa o con blusa y es difícil que uno sea optimista a
estas alturas de la vida.