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sábado, 2 de septiembre de 2017

QU’EST CE QU’IL SE PASSE À CATALOGNE?

Después de 60 años oyendo la pregunta: “Basque? Mais qu’est ce qu’il se passe au Pays Basque Espagnol?”; llevo un par de años con “Espagnol? Mais qu’est ce qu’il se passe à la Catalogne Espagnole?”; y uno empieza a explicar por cualquier extremo lo que sabe más o menos. A los 5 minutos ya nadie de la mesa te hace caso y puedes pedir que te sirvan un poco más de ese vino de Borgoña que está tan bueno. Así es Francia “Liberté, egalité et frivolité”.
Pero uno se pregunta a veces qué pasa en Cataluña. La historia política de lo que hoy es Cataluña produjo la situación en la que se encuentra esta región y el tiempo no tiene retroceso, lo que va a pasar mañana no va a arreglar lo que hicieron los dirigentes de la sociedad que existió por estas tierras hace 2, 4 ó 6 siglos, va a crear otro problema para la sociedad actual, la sociedad problemática actual, porque el problema catalán es Cataluña.
Esa Cataluña que se desgarra en un enfrentamiento civil inevitable en que unos y otros quieren imponerse en vez de seducir. La descripción de todo el nacionalismo catalán, como de todo el nacionalismo vasco, solo me sale hacerla en términos peyorativos. Me resulta difícil encontrar algún adjetivo positivo para el nacionalismo español e igual de difícil encontrarlo para el nacionalismo “antiespañol”, así que prefiero no describir a los dirigentes nacionalistas catalanes porque eso no contribuye en nada a buscar una salida -que no una solución-, al conflicto entre patriotas de distintas banderas con los mismos colores, solo decir que han demostrado las mismas cualidades éticas e intelectuales que los que ahora tienen enfrente.
Las Cataluñas reales -nunca ha habido una sola Cataluña ni la habrá, aunque sea más simple llamarla así-, de hoy tienen que buscarse un mínimo común múltiplo para seguir conviviendo lo primero y, de paso, buscar ese mínimo común múltiple a su alrededor, porque la geografía es muy cabrona, y alrededor de Cataluña está el resto de España, además de Andorra, y está Francia, esa Francia que hizo su revolución hace tiempo, y que tiene un cierto músculo aún y en la que ni los catalanes de Perpiñán que cantan La Marsellesa con más fervor patriótico que Els Segadors, que lo cantan menos que Paquito Chocolatero, ni los burócratas europeos de la Bolsa de París van a apoyar de verdad algo que no entienden pero que intuyen malo y quizá contagioso: “Qu’est ce qu’il se passe à Catalogne?”


 En Cataluña, territorio, pasan tantas cosas, tantas emociones, tantos sentimientos, tantas pasiones, como en cualquier otra sociedad humana, pero la razón, para aprovechar todo ello para el futuro, está tristemente ausente, como lo está en… dónde quiera que esté pensando.

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