Desde
el bar del golf de Ilbarritz en Biarritz se ve, al suroeste, la costa
desde el Jaizkibel hasta el Machichaco pero solo en los días claros.
Estos días de invierno más que verse se intuye pero la vista es
siempre atractiva, además entre las nubes, un poco más al este, se
asoman cumbres nevadas del Pirineo entre algunas nubes. El recorrido
está embarrado, como evidencian los pantalones y zapatillas de
quienes se sientan a recuperar líquidos en la hora del café. Se oye
hablar mucho en español, los precios del golf al otro lado del
Bidasoa obligan al exilio económico de quienes quieren practicar
este sano paseo detrás de una pelotita blanca que se esconde en que
consiste el golf.
-
Pues dirás lo que quieras -comenta Fernando Odriozola, jubilado
donostiarra de tez morena-, pero yo, si un tipo públicamente me
amenaza de muerte y le pide a ETA que me asesine, lo haga en tweets o
en rap, me parece bien que un Juez le meta en la cárcel.
- Y
es muy humano que lo sientes así -le sonríe Galtzagorri mientras
sirve el rosado que les han traído a la mesa-, pero lo que yo digo
es que quien profiere amenazas absurdas sin ser de ese mundo de
descerebrados que tanto tú como yo conocemos no merece ni hacerle
caso.
-
Pero esta gente, poco a poco, consigue hacer daño – Fernando se
abalanza sobre las aceitunas del platillo-, crea un ambiente de
frivolidad sobre los asesinatos que cometieron los pistoleros
totalitarios en nombre de la patria carlista durante toda nuestra
vida.
- En
todo caso, es un tema de educación, de ignorancia de la historia – Galtzagorri vuelve a sacar la botella del cubo de hielo-, estos jóvenes
que vociferan ripios cacofónicos son hijos de la idiocia imperante
en el sistema educativo público reducido a escuelas-jaula, a la
cultura del porno deluxe televisado…
-
Otros hemos pasado por lo mismo, hemos nacido en barrios de mierda,
nos han dado de hostias para formarnos en el espíritu nacional, nos
han metido mano bondadosos párrocos, nos mandaron a África para
justificar la existencia de unos sádicos corruptos de uniforme –
Odriozola pide otra botella tan fría como el aire que se cuela por
la puerta mal cerrada-, nos volvieron a dar de hostias cuando
reclamábamos los mínimos derechos políticos y sindicales y no
hacemos el gilipollas en verso.
-
Quizá porque hacemos el gilipollas votando al que nos parece menos
malo del catálogo de simios sinvergüenzas que se presentan a las
elecciones ¿Te apetecen los chipirones con pasta? - Galtzagorri ha cogido
una carta y no parece tener ganas de regresar a España-, Creo que
tienen chorizo, para darles un toque hispano.
- ¿Y
lo del Grapo? ¿Cómo se puede reivindicar al Grapo? Es como
proclamar la bondad de la Brigada Político Social del franquismo.
- Es
que en realidad la monarquía es una institución familiar, los
borbones heredan el botín de sus padres y los pérez heredan la mala
hostia de los suyos, cada hogar español es una monarquía en que se
suceden los reyes de la casa, salvo que se produzca un parricidio.
-
Con eso que dices, creo que hasta yo podría escribir un rap.
Y
con el lápiz de anotar los golpes del recorrido Fernando empieza a
escribir versos en una servilleta del bar.
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