English: Situated in the Pyrenees, Jaca sits on a hill just above above the Río Aragón. (ATR) (Photo credit: Wikipedia) |
(Comentario a una tesis doctoral sobre el río Aragón, 17 de abril de 2001)
El río Aragón nace en los Pirineos para dar su vida al Ebro
junto a Tudela. Desde su nacimiento el río Aragón aprende cómo se las gasta la
especie humana. El homo merdossus le
ha hecho carreteras de montaña, estaciones de esquí, urbanizaciones... en su
cuna y desde tal cuna misma las escombreras, restos de hormigón, ladrillo,
sacos de plástico, bidones, cables, hierros, maderos y demás se asoman, bajan y
se bañan en sus aguas. No ha habido ampliación de carretera, túnel, reforma
urbana, hotel, edificio de apartamentos, obra privada o pública que no haya
dejado su escombrera con vistas y descenso al río.
El hombre de a pié que se pasea por los Pirineos -inmenso
jardín entre Francia y España-, no se acostumbra a los restos de teleféricos,
casetas de obra, vagonetas y otros vehículos, tubos, maquinaria... que
permanecen junto a los ibones recrecidos de donde permanentemente extraen sus
ingresos importantes compañías eléctricas -cuya obligación no sólo moral, illiquidis non fit prescriptio, de
limpieza es indudable-, y tampoco acepta este cauce agredido por donde bajan
todas las aguas de su monte.
Todas las aguas, lógicamente. Porque los miles de visitantes
-que comen y beben en Astún y Candanchú un fin de semana de temporada
invernal-, también necesitan desprenderse de sus agüitas amarillas que bajan
cantando y acompañadas, más o menos depuradas, a sumarse a nuestro río para
solaz y regocijo de sus usuarios de más abajo: Canfranc estación, Canfranc
pueblo, Villanúa, Castiello, Jaca... Usuarios que añaden también su colorido y
calor humano a las incoloras, inodoras e insípidas aguas nivales.
Esperemos que estudios como los de Yolanda y Silvia sirvan
para algo más que para ser una nota a pié de página en el Libro de los Muertos
Ríos, cuando alguno de nuestros descendientes escriba el capítulo dedicado a
nuestro río.
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