Greek eta (Photo credit: Wikipedia) |
Conocía a un buen tipo del país, como el queso, que cada vez que ETA cometía un
atentado especialmente –es un decir-, repugnante o estúpido –otro decir-, lo
achacaba a “los otros” y analizaba los detalles contradictorios de las noticias
del suceso. Luego la banda reivindicaba por los cauces habituales y se hacía el
silencio. Creo que se murió sin abandonar esas ideas, así que no le he podido
presentar a otro que me aseguró que
alguno de los atentados más precisos del GAL era una ejecución ordenada por la
Dirección de ETA para eliminar a un elemento ya peligroso para su seguridad en
Francia.
Willy Toledo es un actor y no parece tener una experiencia
directa o cercana con el mundo del terrorismo, menos relación que con el mundo
de los servicios secretos y de los centros de “inteligencia” de los Gobiernos
Occidentales, pero es libre de opinar lo que opina y, como mucho, se merece
alguna colleja verbal o gráfica como cualquiera de nosotros, los que tenemos la
funesta manía de opinar, o sea que deseo que a nadie se le ocurra impedir que
los willyes toledos sigan opinando, al fin y al cabo, como mi siquiatra me
decía mirándome a los ojos: “Un tercio de la población estamos mal del bolo y
no lo sabemos”.
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