Cuando oigo a alguien decir lo de que “yo confío en la
justicia” pienso lo primero que es un sinvergüenza y lo segundo que es tonto,
aunque casi siempre suele ser que no conoce bastante la justicia o la
inexistencia de justicia en el aparato institucional que denominamos Justicia,
con jota mayúscula.
A pro-ETA mural in Durango, Biscay (Photo credit: Wikipedia) |
Hay quien sabe con certeza que “ETA es todo” y hay quien
cree que “Todo no es ETA”. A mi edad prefiero no saber ni tener creencias desde
fuera y dejar los dogmas a los que están en “todo” que puede que sepan dónde
está la línea de demarcación y cuántas ETAs o todos hay en la actualidad. No se
discute que el recién liberado es un dirigente principal de todo y que su
última imagen publicada es la de quien ha llevado el rumbo de todo desde la
política del asesinato y el miedo a la política de hacer política en base de lo
que se ha hecho hasta ahora y que el puente de mando actual juzga que no es
combustible adecuado para hacer avanzar ese barco.
No me asusta la independencia de Euskadi, como puerto de
arribada, aunque me parezca ucrónica y utópica, pero no me gusta nada de nada
la tripulación que voluntariamente, sin ser llamada, se ha puesto al mando,
desde el último grumete hasta el capitán, coja o no coja el timón. Preferiría
que fueran saltando por la borda y que el último apagase la luz.
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