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martes, 22 de junio de 2021

VECINO VIETNAMITA

- A finales de 2019 se empezó a oír que había aparecido una nueva gripe en un mercado en China, creo que ninguno le dimos una segunda lectura a la noticia de agencia en el periódico – Aristide Labarthe comenta en la terraza del bistró junto al mercado, un plato de jamón de Bayona se está quedando vacío, las migas de pan atraen a los gorriones que osan posarse en la mesa para atraparlas, las copas de vino siguen el ritmo de las mareas de las ganas de los comensales -, así que, cuando llegué a casa un mediodía y encontré a mi mujer cosiendo mascarillas en la máquina, me quedé asombrado.

- La vecina vietnamita, la del restaurante de abajo, me ha dejado el modelo y he calculado que haré docena y media de mascarillas con la tela y las cintas que tengo en casa – me dijo mientras la aguja culminaba una de las mascarillas de color azul cielo y cordones blancos -, parecen merchandising del Aviron Bayonnais.


- En resumen, mi mujer había coincidido en el supermercado del barrio con un vecino vietnamita, excelente cocinero, por cierto, que llevaba una mascarilla mientras hacía la compra y cuando se interesó rutinariamente por cómo le iba la salud, Nguyen le explicó que había leído lo de la gripe asiática en el periódico y que toda la familia había sacado las mascarillas del armario para evitar contagiar y contagiarse… Mi mujer pensó que los vietnamitas conocen muy bien a los chinos y lo que puede venir de China, así que le pidió un modelo de mascarilla como la suya y luego la recogió de su casa, sacó la máquina de coser del trastero y nos hizo mascarillas para toda la familia.

- Ya me acuerdo de que eras el único en la tribuna del estadio con mascarilla – le comenta Jon Galtzagorri, la mascarilla médica puesta al abandonar la silla, levantándose con el plato vacío en la mano y dirigiéndose a la ventana para recoger otro plato lleno, el camarero ya está cambiando los vasos usados y poniendo una botella de chardonnay y nuevos vasos -, pero enseguida se empezaron a ver más, un poco por todos los sitios.

- Los periódicos decían cosas contradictorias sobre las mascarillas – Imanol Hiruntchiverry, con la mascarilla pop del Biarritz Olympique bajo la barbilla, vacía su vaso mientras habla -, así que yo, en principio, tardé en ponerme y espero que la podamos dejar pronto.

- En el otro lado desaparece la obligatoriedad al aire libre esta semana pero creo que habrá que seguir con mascarilla cuando haya mucha gente – dice el Barón de la Florida y recoge la última loncha -, porque la peste sigue circulando de perdigones babosos a duchas espontáneas y hay mucho baboso y babosa por ahí que la puede pegar.

- Diga lo que diga el triste de Urkullu, yo no me quito la mascarilla hasta que no se la quite el vecino vietnamita de Aristide, así que tú avisa ¿Eh?



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