El puente. Hay veces que el calendario te da sorpresas. Un puente es un puente. Alegría roja
de no ir a trabajar un día en negro. Otros sí tienen que trabajar, así que
hacen de tu fiesta más fiesta. Y resulta que ella no tiene puente, que ella
tiene un día negro en negro. Hay muchas cosas que puedes hacer por ella ya que
no tienes que trabajar. Y claro no vas a
ir por ahí los días en rojo que enmarcaban la felicidad. Solo no, dejándola
sola. El sofá del aburrimiento espera. No me gusta ver la tele, me gusta
zapear. Hay veces que el calendario te da sorpresas. Y veces en que hay puentes
rotos.
domingo, 23 de octubre de 2011
sábado, 22 de octubre de 2011
LA PRUEBA DEL ALGODÓN
Ayer
hice de guía turístico de un periodista de La Dépêche du Midi, Pierre Challier…
era evidente que por la Parte Vieja este turismo informativo abundaba. Nos
cruzamos con varios grupos de guía autóctono y corresponsal trabajando en el
reportaje correspondiente. Tuve la suerte de que mi turista ya había estado de
vacaciones en los 80 y desde entonces había seguido los acontecimientos, por lo
que no tuve que explicarle –en las anteriores treguas también me vinieron
periodistas franceses con el mismo interés profesional-, en una hora estos 52
años de toda mi vida –vivida siempre bajo dictaduras de uno u otro
nacionalismo-.
Hubo
cuestiones que me dejó sin poder responder ¿Por qué le creemos a ETA esta vez?
Mi primera respuesta es porque les queremos creer y sigo creyendo que esta es
la razón fundamental, la mentira primigenia en que se basa el nacionalismo
vasco les ha llevado a creerse siempre sus propias mentiras –hombre blanco
hablar siempre con doble lengua como la de las serpientes, decía Jerónimo en las
películas del Trueba-, que salen de su boca de su simbólica serpiente.
Hay
otras razones, la patética escena del Palacio de Aiete, como colofón de un
proceso de rendición previo, ante una representación de supervivientes del
famoseo internacional pone más de relieve que oculta la falta de recursos del
mundo etarroide en la sociedad vasca, la sociedad española, la sociedad europea
y en el mundo mundial, se han quedado solos consigo mismos.
Y esta
soledad se debe a la leña que han recibido de las policías de todo el mundo, no
sólo de la española y de la francesa, que han cumplido con su deber de
perseguir a los delincuentes y a sus cómplices, como es obvio. También sus
errores tácticos últimos -la ruptura letal de la negociación con Zapatero evitó
que éste cometiera un error mayor y se volviera ceder a los agresores para
darles fuerzas-, les habían llevado a sus responsables y visibles, los
comandantes que quieren hacer política como ese engendro de absurdo nombre
Izquierda Abertzale, a caerse del caballo en que tan ricamente galopaban y a
querer que el caballo se cayera también.
Pero en
el ojo del huracán en el que hemos vivido tantos años, sin irnos y sin refugios
subterráneos, ya hemos visto pasar otras veces vacas volando como en las
películas de catástrofes y hemos creído que ya estaba todo visto otras veces y,
sin embargo, el drama era en sesión continua y no se encendían las luces más
que breves segundos. O sea que hay que seguir vigilantes y esperar que sean
ellos los que den los pasos.
Porque
la prueba del algodón es que pase el tiempo y que demuestren que lo han dejado con
los hechos, por ahora acuden a alharacas como si pudieran exigir algo por
habernos liberado, a la fuerza de la democracia, de nuestro secuestro y como si
no tuvieran que penar su delito.
Sólo
nos queda seguir votando, con voto ciudadano obligatorio, aunque haya que
ponerse mascarilla y guantes para coger la papeleta y depositarla en la urna.
viernes, 21 de octubre de 2011
EL COMUNICADO
Bueno... hubo un tiempo en que no había ETA, pero no
habíais nacido. Estaba la dictadura y la dictadura seguía matando y cada día
era una cárcel para millones de ciudadanos. O sea que cuando surgió ETA con sus
atentados, confundidos con la resistencia anarquista y comunista al franquismo
-los nacionalistas y los socialistas ponían la otra mejilla o estaban de
vacaciones o se enriquecían con la situación-, fueron una incorporación a las
filas resistentes.
Al final de la dictadura, hubo voces comunistas que
nos advirtieron que aquello era una guerrilla étnica, liberticida y que no
estaba ni en el tiempo ni en el lugar en que los demócratas estábamos pero no
les hicimos caso: La caída era inminente y valía todo.
Empezó la transición, hubo una amnistía, se vaciaron
las cárceles... y volvieron a matar, matar, matar, difamar, robar, y cada día
era una cárcel para millones de ciudadanos.
Es lo que habéis conocido, los demócratas agredidos y
chantajeados han cedido muchas veces a los chantajistas creyendo que dándoles
la educación, la lengua, el campo, el ecologismo... lo que caprichosamente iban
pidiendo nos iban a dejar en paz. Es mentira, era echar gasolina al fuego, cada
vez querían más. Algunas veces el Estado se hizo terrorista, olvidando que la democracia
tiene que ser democrática a la vez que fuerte con los que no lo son, y fue
echar gasolina al fuego también. Por fin la democracia pareció entender que no
se podía ceder y que sólo cabía tratar a los delincuentes como delincuentes,
con más o menos problemas -es lo que tiene la democracia que es discrepancia-,
y además pasó lo del 11-S y los servicios de inteligencia del mundo empezaron a
colaborar entre sí, Europa ya había comprendido que una guerrilla marxista
leninista y étnica no tenía sentido aquí y ahora, así que los terroristas
pidieron amatxito a la vieja madre para no rendirse a la Guardia Civil y se les
ha montado un colofón más bonito que en la anterior guerra carlista.
Eso sí, hay lobos que nunca serán vegetarianos y los
desempleados del cotarro no van a encontrar trabajo en ayuntamientos e
ikastolas como hasta ahora.
Los 843 muertos también merecen memoria y un luto
digno: justicia para los victimarios, toda la reparación posible y
reconocimiento de su dolor. No se les puede insultar ni poner a la altura de
quienes han matado, amparado, alentado y apoyado a los asesinos Es un error
decir que todas las víctimas son iguales, así sí que no habrá reconciliación.
Reconciliación en la que no creo, aquí no ha habido un partido, ha habido un
intento de imponer una opción política con el terror.
Quisiera ser más optimista pero no puedo.
jueves, 20 de octubre de 2011
IRISH KOFI
El
tradicional y acharolado bicornio –debió de perder el tercer cuerno frontal
mucho antes-, que era el tocado del cuerpo policial fundado por el euskaldún
Duque de Ahumada no creo que le siente bien a Kofi Annan ni a sus ilustres contertulios
irlandeses de su breve visita a Donostia. Pero hay que reconocer que la
estética nacionalista –la estética en general, por cierto-, nunca iba a aceptar
que los comandantes de la banda se rindieran solemnemente a un teniente coronel
de la Guardia Civil española en uniforme de gala. No hay Velázquez y menos
Ibarrola que pueda arreglar esta escena.
Por
eso, ahora que se ha ordenado –cuando los comandantes piden algo a sus
subordinados es una orden-, a los miembros de la banda ausentes de Aiete –me gusta
más el original Hayette pero ya no se usa-, que se rindan en su estado, todo el
mundo espera que en su tempo éstos lo hagan.
Los
miembros de la banda presentes en el acto solemne de toda solemnidad no movieron un músculo claro, porque aunque
aquí todos sabemos que es verdad que todo es la banda no lo podemos decir y
menos escribir, así que como también es verdad que había miembros, de distintos
grados, que no estaban, lo lógico dentro de la lógica de este absurdo era tal
llamada de la mano izquierda a la mano derecha.
Así
mientras se lo dijeron Iñaki y unos millones de vascos no hicieron ningún caso
pero ahora, a petición propia, se lo han dicho Kofi y cuatro guiris y van a
dejarlo. Quizá alguien en los medios de
la derecha use el Photoshop y aplique unos bicornios a los turistas de la
mediación, la verdad es que la imagen sería de lo más auténtica.
domingo, 16 de octubre de 2011
ESPERANDO A KOFI
En este
pequeño país existe un país, un país etnocéntrico que es la corte de Sabino
para mí, jacobino trasnochado, pero que a veces es la única imagen que ven los
de fuera del país y lo que es peor que vemos los de dentro, los habitantes convivientes
los unos con los otros y los otros con los unos. Y Kofi viene y no sólo porque
hayamos logrado recientemente que la cocina sea universidad -además de que la
universidad sea potaje mucho antes-, pero desde el neolítico en que iniciamos
nuestra ontológica relación con los alimentos
hemos alcanzado la meta de que ahora
el Gaudeaumus Igitur sea cántico de sociedad gastronómica. A este país
viene Kofi, es de esperar que con el GPS bien actualizado porque aquí va a
comer bien, mejor que en Irlanda –que no tiene Irish Culinary Center o como se
diga en gaélico- ya que Irlanda es la comparación típica vasca - aquí todas las
comparaciones son irlandesas, mientras que en Irlanda deben seguir siendo
odiosas-.
Aunque
hemos perdido tantas veces las referencias cardinales en nuestra geografía que
Euskadi está lo mismo entre Irlanda y Escocia como entre Serbia y Kosovo, es
una utopía en la que somos albanokosovares respecto de los españoles y serbios
respecto de los alaveses y sobre todo respecto de los navarros inabarcables de
otro modo. Y a la vez somos una ucronía de matxinada permanente, esperemos que
Kofi lo tenga en cuenta cuando sea recibido en la sede de la Once (O de Onkarri
o Lokarri o como se llame por el momento la noOng ésa que ha organizado el cónclave
cardenalicio).
Pero
los ciudadanos queremos inyectarnos esperanza en vena, esperanza de buena
calidad, aunque nos la traigan los comandantes Jone, Iñigo, Arnaldo, Rufi… y
demás poderes fácticos que están en la pomada de este pequeño pequeño país. Quizá
porque esperamos que esta vez sea la buena, que los comandantes sean ciudadanos
también, hasta en el adn –creamos o no que exista el trasplante de adn-, y no
queremos mirar si asoma una garra de lobo bajo el Armani impecable que mañana
se pondrán para recibir a Kofi.
Y,
aunque ni en los cuentos hay lobos vegetarianos, todos esperamos ver pasar su
carroza tirando de los ratones convertidos en caballos, porque en este país pequeño nos creemos que las
carretas tiran de los bueyes tanto como Kofi se lo pueda creer.
viernes, 14 de octubre de 2011
ALBOROTO
En el
sentido de mucho ruido, quizá por ser también alharaca –expresión excesiva de
un sentimiento-. Quiero decir que la Conferencia Internacional de Paz del 17 de
octubre de 2011 en Donostia es ruido, ruido mediático, ruido de etarroides que
juegan con los sentimientos de quienes hemos padecido a la banda y a sus
acompañantes durante nuestras vidas. No tiene cimientos, no ha arrancado de un “no
seguimos, hemos hecho daño y queremos pedir perdón para que esta sociedad
avance como sociedad de todos”, sino que se parece demasiado a alborotos
anteriores decepcionantes, quizá los cuervos bienintencionados que se alimentan
de la resolución de los conflictos que provocan los conflictivos sean distintos
pero han sido llamados por los mismos conflictivos. Puedo acudir a mi amnesia
voluntaria, mis amigos muertos no me lo pueden reprochar, pero un camino largo
empieza por un pequeño paso y no por un gran alboroto. Y ojalá me equivoque.
lunes, 10 de octubre de 2011
APAMPLAO
Persona de poco arranque o empuje, vulgarmente
acarajotá o acarajotao, leo por ahí que quiere decir “apamplao”. Y, sin
embargo, tengo en la mano una copa de vino tinto, crianza 2007, embotellado en
Baños de Ebro (Alava riojana) que se llama Apamplao, con colores de sangres
obscuras vivificadoras y que tiene un paladar con toque de terneruela o de
ovejuela –en el mejor sentido de la palabra, esto es, de ganado adolescente-, aroma de uva fresca hasta
el sorbo último que puede ser prólogo de la siguiente copa ¿Por qué le habrán
puesto este nombre? ¿Habrá que beberse toda la botella para descubrirlo? Creo
que alguien me había dicho que el vino joven Apamplao era de maduración
carbónica –y también me gustó con su color más alegre, su sabor de fruta dulce
y su ascenso perfumado por la pituitaria-, pero no recuerdo haberme quedado
Apamplao sino más bien contento (De volver en taxi a echarnos la siesta la
camarada y yo). Misterios del márketing en el que a veces encuentran un hueco
algunos acarajotaos, sin chicha y apamplaos
pero, a pesar del nombre o por el nombre, se puede pedir con unas croquetas o
así por La espiga y otras tabernas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)