El
tradicional y acharolado bicornio –debió de perder el tercer cuerno frontal
mucho antes-, que era el tocado del cuerpo policial fundado por el euskaldún
Duque de Ahumada no creo que le siente bien a Kofi Annan ni a sus ilustres contertulios
irlandeses de su breve visita a Donostia. Pero hay que reconocer que la
estética nacionalista –la estética en general, por cierto-, nunca iba a aceptar
que los comandantes de la banda se rindieran solemnemente a un teniente coronel
de la Guardia Civil española en uniforme de gala. No hay Velázquez y menos
Ibarrola que pueda arreglar esta escena.
Por
eso, ahora que se ha ordenado –cuando los comandantes piden algo a sus
subordinados es una orden-, a los miembros de la banda ausentes de Aiete –me gusta
más el original Hayette pero ya no se usa-, que se rindan en su estado, todo el
mundo espera que en su tempo éstos lo hagan.
Los
miembros de la banda presentes en el acto solemne de toda solemnidad no movieron un músculo claro, porque aunque
aquí todos sabemos que es verdad que todo es la banda no lo podemos decir y
menos escribir, así que como también es verdad que había miembros, de distintos
grados, que no estaban, lo lógico dentro de la lógica de este absurdo era tal
llamada de la mano izquierda a la mano derecha.
Así
mientras se lo dijeron Iñaki y unos millones de vascos no hicieron ningún caso
pero ahora, a petición propia, se lo han dicho Kofi y cuatro guiris y van a
dejarlo. Quizá alguien en los medios de
la derecha use el Photoshop y aplique unos bicornios a los turistas de la
mediación, la verdad es que la imagen sería de lo más auténtica.
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