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sábado, 1 de noviembre de 2014

CANDIDATO DENUNCIA LA NEGATIVA DEL "APARATO" A FACILITARLE EL CENSO DE AFILIADOS PARA PODER PRESENTARSE CON TODOS LOS REQUISITOS INTERNOS.

Spanish Socialist Workers' Party logo
Spanish Socialist Workers' Party logo (Photo credit: Wikipedia)
Paco Alvarez Barral se ha presentado como candidato a alcalde de Errentería (Gipuzkoa) en las primarias internas del PSOE. El correspondiente órgano federal de este partido acaba de aprobar un reglamento interno que obliga a los candidatos a obtener un 20% de avales de militantes de su ámbito para poder participar en las elecciones primarias, sin embargo no ha aprobado que los órganos inferiores deben facilitar el censo de afiliados a los candidatos y otras medidas que garanticen la igualdad de armas entre los candidatos de los actuales cargos directivos internos y los demás candidatos. Alvarez Barral, de la corriente crítica Izquierda Socialista, ha protestado ante esta falta de democracia interna.
Es esclarecedor el caso de la falta de democracia interna en los Partidos Políticos y que, una vez más, se pone de manifiesto en el comportamiento de los "poltroneros" de un determinado Partido.La sentencia del Tribunal Constitucional de 6 de marzo de 1995, en la que se elabora  extensamente los perfiles del control jurisdiccional de decisiones internas en los Partidos señala que "la exigencia constitucional de organización y funcionamiento democráticos no solo encierra una carga impuesta a los partidos, sino que al mismo tiempo se traduce en un derecho a un conjunto de derechos subjetivos y de facultades atribuidos a las afiliados respecto o frente al propio Partido, tendentes a asegurar su participación en la toma de las decisiones y en el control del funcionamiento interno de los mismos". La actuación claramente ilegal, en contra de lo establecido en la Ley Orgánica (Art.8.4) de Partidos Políticos, por parte de quienes se arrogan la propiedad de un Partido puede provocar que los afiliados tengan que acudir a los tribunales para hacer valer sus más elementales derechos. ¿Hasta dónde llega la corrupción en nuestro sistema de relaciones sociales?

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