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miércoles, 18 de noviembre de 2015

NABUCODONOSOR

The Curse of Saddam Hussein
The Curse of Saddam Hussein (Photo credit: Wikipedia)
George W. Bush la cagó atacando a Saddam Hussein y cargándose su régimen en Irak como es evidente. El problema derivado no lo va a arreglar Bush sino que son otros los que ahora deben intentar arreglarlo. Es triste, uno va con cáncer al médico y éste le dice “No haber fumado” pero no se va al médico para que te eche una bronca sobre tu pasado sino para que te cure. Si hacemos caso a los expertos más expertos de los expertos –me asombra el número y calidad de expertos que surgen en cada caso de éstos-, en el Oriente cercano quizá la culpa la tenga Nabucodonosor pero Nabucodonosor no nos va a arreglar el problema que supone la existencia de ese ejército que ha atacado en París y saberlo no sirve de nada a las familias de las víctimas. En estos momentos lo único que piden es justicia reparadora, castigo a los culpables de su dolor y los responsables son los que han disparado el viernes contra sus seres queridos en vez de ir contra Bush o contra Nabucodonosor.
Porque el Oriente Próximo acumula injusticias históricas desde la noche de los tiempos y cualquier situación que resulte de la guerra que en estos momentos se está desarrollando allí, y cuyas sanguinarias ramificaciones nos alcanzan simultáneamente en nuestro París, nuestro hogar emocional, será una situación injusta para alguien inevitablemente.
La situación tiene muchas facetas de parecido peso que conforman el problema: la importancia geoestratégica de la zona en el gran juego de las potencias es de cultura general; el petróleo y sus salidas a los mercados con los rendimientos económicos que generan le dan una importancia enorme en el obscuro mundo de las finanzas; la diferente concepción del mundo y de la vida que tienen cada una de las culturas religiosas que se encuentran enfrentadas entre sus habitantes es un aspecto también esencial; las desigualdades sociales en las poblaciones están también en la mezcla; además hay aspectos raciales que se entrecruzan en todo ello y supongo que algo me dejaré para combinar todo ello, por ejemplo la idiotez humana eterna con su tendencia a la solución violenta.
El pesimismo es la consecuencia única de este pequeño panorama que ya era irresoluble en tiempos de Nabucodonosor.



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