La
homofobia es consustancial a la concepción del mundo y de la vida predominante
en la sociedad española actual, en mi opinión, ya que los valores religiosos
del catolicismo, que es el referente de esa ideología y que tanto el partido político
mayoritario como la jerarquía española de esa iglesia difunden, consideran la
homosexualidad como una infracción de las leyes divinas. Solo la legislación
europea, seguida obedientemente por los partidos políticos españoles, ha ido
introduciendo medidas de protección a la libertad de los ciudadanos en sus
relaciones afectivas, alcanzando las medidas legislativas no discriminatorias
su máximo desarrollo durante los periodos de alternancia en el poder en que
hubo gobiernos del PSOE, pero el PP también las ha continuado. Simplificando, hay un cuerpo legislativo
amparador de la libertad sexual que suele chocar con los hechos de la vida
diaria de los homosexuales en nuestro país.
Gay Pride NYC 2006 (Photo credit: Wikipedia) |
Es cierto que en muchos supuestos, los motivos
estarán acreditados de forma palmaria -por ejemplo: cuando el autor reivindica
el delito por este motivo-, pero también lo es que pudiera producirse casos
límite de muy compleja solución y que, para no vulnerar los postulados de
seguridad jurídica, debe determinarse con precisión que la homofobia y no otro
ha sido el móvil del delito, para evitar la aplicación indiscriminada de esta
circunstancia agravante por más que algunos hechos ofendan los valores más
esenciales de nuestra convivencia.
Por
tanto, esta circunstancia agravante requiere prueba por parte de la víctima,
prueba que sea suficiente para quebrar el “pro reo” garantista de nuestra
legislación, y que irá dirigida a acreditar la existencia de indicios indiscutibles
que lleven al juzgador a deducir lógicamente que la homofobia ha guiado al
denunciado.
Lo
hemos dicho otras veces: “acreditar lo evidente es una de las cosas más
difíciles en sala”; pero solo la víctima tiene normalmente el interés necesario
para llevar a la convicción del juez que existe esta circunstancia agravante en
los daños que ha padecido. Es lo que hay.
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