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martes, 27 de diciembre de 2016

¡MAMÁ, HE NACIDO!

Después de hacer un comentario en Facebook sobre el uso del catalán y del euskera, alguien, desde su orgullo explícito de ser vasco, me ha soltado una frase irónica: ¡Eres más español que Iker Casillas!
La verdad es que ignoraba que Iker Casillas es una referencia de españolidad y no creo que nadie supere a nadie en ser de una nacionalidad o de otra, al fin y al cabo nos nacen, nos dan las circunstancias del yo, y mi circunstancia al nacer fue la nacionalidad española, variante vasca inclusiva, y bastante más francesa que vasca, o sea una nacionalidad española permeable, no me he visto en la necesidad ni en la voluntad de cambiarla. Hay a quien le nacen con la nacionalidad española, variante vasca cabreada, cabreada por ser también española, o que opta más adelante en su trayectoria vital por rechazar la nacionalidad española y adscribirse exclusivamente a la anhelada vasca. Entiendo su frustración por no poder elegir esa nacionalidad en el catálogo existente de nacionalidades pero me parece una opción empobrecedora en todos los aspectos humanos, me gustan más los senegaleses que devienen vascos por ejemplo sin dejar de ser senegaleses -en un viaje en tren, no pude evitar una lágrima cuando un niño, de padres inmigrantes de Senegal, me contó apasionadamente la historia del Rey Sancho el Mayor como ni el más imaginativo de los nacionalistas contemporáneos metido a historiador lo hubiera hecho, es lo que tiene la enseñanza pública vasca tan integradora ella-. Esos ancestros que ahora tenemos en común todos los vascos y que conforman nuestro espíritu nacional son circunstancias que nos han ido conformando a todos, a nuestro respectivo “yo”.
Porque Iker Casillas no nació estando solo en casa -como el protagonista del monólogo del incomparable Gila-, y no tuvo que esperar a que volviera su madre de pedir perejil a la vecina; a Iker, a mi calificador descalificador y a mí nos nacieron en una nacionalidad, luego la hemos ido “decorando” pero tengo la intuición que Iker Casillas es más español que yo.






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