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jueves, 9 de agosto de 2018

Querido Pablo Casado

Querido Pablo:

La honradez y la falta de honradez se aprenden en el hogar, no hay una predisposición natural a mentir, por eso creo que estás dejando mal a tus padres que, como muchos padres, a menudo se preocupan cuando su niño o adolescente dice mentiras, y mucho más, cuando descubren que de mayor sigue mintiendo, que han fracasado en su educación, cuando el mentir probablemente no es un problema serio que solo indica que cuando eras un niño pequeño (de 4 a 5 años) te gustaba hacer cuentos e inventar historias, lo que es una actividad normal ya que los niños se divierten oyendo e inventando cuentos y lógicamente los niños muchas veces confunden un poco la realidad con la fantasía, así que los padres tienen que desilusionarles, decirles la verdad sobre los Reyes Magos, por ejemplo. Esto es duro pero necesario.

Más adelante el preadolescente o el joven puede decir mentiras interesadas, por ejemplo: para ocultar las malas notas, huir de responsabilidades, obtener beneficios inmediatos etcª. Y claro, los padres deben de reaccionar a este tipo ocasional de embustes, descubriéndolos, hablando con él y explicándole cuán importantes son la verdad, la honradez y la confianza entre las personas. Yo no puedo evitar en lo que están sintiendo tus padres -de estar vivos, que lo ignoro-, ante tus saltos adelante en el camino proceloso del embuste que, hasta ahora, tan bien te había ido en tu vida profesional de político. Quizá tus padres se equivocaron y te inculcaron que hay mentiras que pueden considerarse aceptables en algunas situaciones, como por ejemplo, no decirle al abuelo la razón real de no ir a visitarle el domingo para no herir sus sentimientos o decirle que has aprobado todas las asignaturas para que te de la propina. Así que la mentira se incorporó a tu concepción del punto y de la vida tanto en tu vida sentimental -¿Te acuerdas cuándo le dijiste a tu primera novia que la puntita nada más?-, o en tu vida pública - ¿Te acuerdas cuándo rellenaste los huecos en tu primer curriculum vitae?-, y claro crees que ya no puedes retroceder.

Yo no soy tu padre pero creo que está volando cerca de ti una bandada de tortazos y que tu cara es su punto de destino, así que ya es hora de que las recibas: más vale tarde que nunca.

Un abrazo


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