Degustación del 6 de febrero de 2015:
Vinos interesantes.
Tintos a base moristel y garnacha, con dos crianzas de
fundamento, sabores y olores esenciales del Somontano, fomentan la poesía del
catador descuidado que no echa el freno, piden buenos alimentos para compañía.
Mascún garnacha blanca: tiene profundidad el vino éste, en
cuanto se le coge el punto te arrastra y te puede dejar en lo más hondo. No es
vino de poteo, salvo ganas de siesta posterior. Vino a presentar con pescado o
txipirón para llevarlos hasta el altar.
Mascún Garnacha Tinto reserva: de los vinos que gustan en las
cenas familiares así que no abrir cuando está el pelma del “cuñao” porque se va
a poner más pelma y además no lo va a apreciar. Es un libro de historia del
saber hacer de la comarca pero embotellado. Carne, pide carne.
Gran Reserva Tinto de la familia: antología de caldos que se
engarzan en el paladar. Exige pausa después de cada sorbo, cerrar los ojos,
mirarlo bailar en la copa y hacer el vacío sin miedo a la banda sonora. Carne
suculenta hasta el queso pueden acompañar a este tinto.
Presentaron vinos con Gewurztraminer y con Syrah también.
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