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jueves, 11 de febrero de 2016

MOLIERE MELÉ

English: The grave of La Fontaine and Moliére ...
English: The grave of La Fontaine and Moliére in the Père Lachaise Cemetery. Magyar: La Fontaine francia költő és a drámaíró Moliére sírja a párizsi Père-Lachaise temetőben. (Photo credit: Wikipedia)
“… ¡Por favor, si saben noticias de mi ladrón, suplico que me las digan! ¿No está escondido entre vosotros? ¡Todos me miran y se echan a reír! ¡Ya veréis cómo han tomado parte, sin duda, en el robo de que he sido víctima! ¡Vamos, de prisa, comisarios, alguaciles, prebostes, jueces, tormentos, horcas y verdugos! Quiero hacer colgar a todo el mundo y, si no encuentro mi dinero, me ahorcaré yo mismo después.”
Harpagón el avaro, mejor dicho el actor que lo interpretaba en el minúsculo teatro, acababa su monólogo mientras el telón que ponía fin al cuarto acto de la comedia le caía encima. Con cierta agilidad para su edad, sin embargo conseguía esquivarlo y quedar detrás mientras los aplausos de cortesía sonaban. Aun quedaba un quinto acto y el breve descanso anunciado fue aprovechado por los adictos para correr a mojarse en la fría noche, un cigarrillo intensamente succionado en la boca incluso antes de ser encendido.
- Es lo que tienen los clásicos: lo que han dejado dicho está siempre de plena actualidad -Me comenta la periodista jubilada con la que estoy viendo la función mientras taconea para conservar la circulación-. El maldito avaro acabará recuperando su dinero que es lo que ama por encima de todas las personas y la justicia solo es un medio al que hay que pagar para que la avaricia, en vez de ser castigada, sea recompensada. Todo como lo que pasa hoy en día en cualquier país de Europa.
- Pero en las obras Moliere eran sobre todo los médicos los que se enriquecían con sus estafas a los burgueses -le contesto, el moquillo me empieza a cambiar la voz, empujándola hacia dentro-, por eso los médicos le debieron matar. Ahora son los laboratorios farmacéuticos los que se enriquecen sin escrúpulos y los avaros son bancos que se cotizan en bolsa pero más malvados que el de la obra.
- No sigas -me corta al llegar a nuestras plazas-, que los jueces siguen castigando a los que denunciamos públicamente a los poderosos y pedir su lógico castigo es enaltecimiento del terrorismo y ya sabes a lo que lleva. Tengo que averiguar dónde está la tumba de Moliere y llevar unas flores robadas en algún jardín privado.




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