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domingo, 1 de octubre de 2017

EL VOTO DEL ABUELO


El 14 de diciembre de 1966 se celebró un referéndum en toda España para ratificar la aprobación de Ley Orgánica del Estado (Una especie de texto constitucional de la Democracia Orgánica imperante por aquel entonces), un proyecto liderado por un joven Manuel Fraga Iribarne, la participación rozó el 100 % según proclamaron los organizadores y los votos afirmativos también, claro.
Aquel día estaba de visita en Donostia un pariente francés de la familia, Monsieur C. de Burdeos, que hablaba nada de español pero era un puro « metete ». Así que Monsieur C. paseando por la ciudad se metió en un colegio electoral del ayuntamiento en Alderdi Eder, se acercó a una mesa, le preguntaron qué quería, dijo que votar, le pidieron un nombre, dio el de mi padre, votó y le dieron un justificante a nombre de mi padre de cómo había votado. No sé por qué me acuerdo de ello.
También me acuerdo de las elecciones a Procuradores en Cortes de 1971, un conocido abogado donostiarra que fue presidente -no se encontraba incómodo en el régimen político-, de una mesa electoral, sita en el viejo Palacio de Justicia, este veterano me contó, a los dos días de la celebración de las elecciones, cómo transcurrió el aburrido día, leyendo y preparando un asunto del despacho, ya que apenas una docena de funcionarios fueron a depositar su voto pero, a eso de las 18 horas, se personó una patrulla de la Policía Armada, el sargento comprobó que las urnas estaban vacías prácticamente, así que regresó al land-rover y regresó con un saco grande de papeletas, abrió las urnas, las rellenó, saludó a los presentes y se fue. Poco después apareció un fotógrafo de prensa con un elector “ad hoc” que depositó su voto en una urna rebosante de votos, la fotografía fue la portada de uno de los tres diarios locales.
Y las masas iban a concentrarse en la Plaza de Oriente para expresar su confianza en el sistema y en su líder supremo.



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