English: Roman clad in toga. From en:image:Toga Illustration.png. Category:Toga (Photo credit: Wikipedia) |
Es normal en el mundo de la toga que los grandes despacho de
abogados organicen actividades –jornadas, congresos, cursos, estudios…-, para
formación de abogados y otros juristas. Estas actividades formativas suelen ser
costeadas por los organizadores y otros patrocinadores ya sean editoriales, ya
sean las distintas administraciones. Y participan en estas acciones como
docentes miembros de la carrera judicial que son retribuidos por prestar este
servicio a los asistentes, además de recibir otras prestaciones derivadas de su
colaboración en tales eventos: viajes, alojamientos, gastronomía, obsequios…
para quien se presta a ofrecer sus conocimientos y para quien le acompañe,
además del prestigio y reconocimiento que supone ser invitado por tan
importante firma de abogados. Todo muy correcto y que no tiene por qué pesar
nunca en uno de los dos platillos de la balanza de la justicia que pende de la
mano de quien es contratado. ¿Estamos convencidos de ello?
Yo no creo que la ética de los médicos –pasamos de la negra
toga a la bata blanca-, sea distinta de la de los magistrados y, sin embargo,
los laboratorios farmacéuticos hacían y, a pesar de las barreras éticas que se
han dado mediante normas, hacen, con el
objetivo de incrementar sus beneficios, actividades idénticas o al menos
análogas a las de las más importantes firmas de abogados de este país.
En resumen, cuando un médico me receta un producto estoy
obligado a pensar lo mismo que cuando un juez me dicta una sentencia, esto es, que
no lo hace porque los favorecidos con su firma le han dado de comer en ese
restaurante con estrellas michelines. Ya
lo dice el saber popular que a veces se equivoca: “Un perro no muerde la mano
que le da de comer”. Y los juristas puede que no llevemos todos dentro un perro.
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