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sábado, 9 de enero de 2016

RADIO CLÁSICA

Français : theme B du bolero de maurice ravel
Français : theme B du bolero de maurice ravel (Photo credit: Wikipedia)
Mientras se afeitaba aquella mañana pensó en mandar un mensaje a la radio, un mensaje de agradecimiento por la banda sonora que le habían puesto a sus sueños, esos sueños que se prolongaron al despertarse junto a ella. Sin apenas moverse, la observó levantarse en la penumbra, desnuda ir al baño y, radiante desnuda, volver para vestirse, sonaba Avishai Cohen con sus Four Verses le pareció y ella iba acabando de envolverse como un regalo divino, aquel regalo que se había ido cuidadosa y lentamente revelando la noche anterior sin su intervención. “Hubiera hecho el orangután“ pensó. Ella se inclinó y le dio un rápido beso en los labios justo antes de ascender a los cielos y desaparecer con aquellos taconazos que le oyó ponerse antes de cerrar la puerta del piso. La buena voz del locutor le recordó que para él también empezaba la sinfonía de la mañana y se levantó indeciso. Aquella noche inesperada le había borrado muchos archivos de su disco duro y le costó arrancar, a pesar de que la radio llevaba ya casi una hora sonando y tuvo que volver a pulsar una tecla para que continuara acompañándole.

Mientras se afeitaba aquella mañana, la agenda le empezó a marcar el ritmo de su día, la rutina que le encarrilaba de un sitio a otro de un trámite al siguiente, pero la música se empeñaba en arreglarse en su cabeza, Mendelssonh se convertía en Lisa Ekdalh, Pierre Boulez pasaba a ser Jamie Cullum… dijera lo que dijera el locutor, las feromonas en su pituitaria habían dado un golpe de estado en su inteligencia emocional. Hizo la cama y “el independiente” -así llamaba a su miembro reproductor en estos últimos tiempos-, se levantó excitado en aquel momento, retrasando su salida al mundo de los humanos normales, los que no estaban enamorados.

La abuela que llevaba al niño pelma de la vecindad a la ikastola le advirtió en el ascensor de que la corbata tenía una mancha y se la quitó, ya no tenía tiempo de cambiarse si quería vender alguna escoba en su jornada laboral. En la radio del coche George Benson reemplazaba a RavelCuando, una hora más tarde, levantaron su cadáver entre los restos del coche, el Secretario del Juzgado, que le conocía de toda la vida, se extrañó de que no llevara corbata. 

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