Buscar este blog

martes, 30 de abril de 2019

TURNO DE OFICIO


- El policía municipal identifica al pardillo como autor del delito – dice Galtzagorri sorbiendo la cerveza oscura con aire preocupado -, si ha habido delito, que, cuando la víctima supuesta es un agente de la autoridad, ni siquiera suele haberlo, así que ante el Juez de Guardia llega un pardillo marcado como culpable y a quién va a creer el Juez o la Jueza que toque ¿A un tipo con cara de culpable a un honesto funcionario, como él o ella, que ha resuelto un delito? Así que se le empapela y ya está, luego el Fiscal sigue el guion escrito en la comisaría porque estudiar el asunto y asistir a las diligencias requiere tiempo y para eso no hay, el tiempo del Fiscal es para otras cosas, y el pardillo se encuentra con una acusación de tomo y lomo. Hasta entonces ha asistido al camino del reo, un testigo mudo o enmudecido, el abogado de oficio, que ha hecho más o menos nada porque el pardillo y él lo tienen difícil, así que tienen que hacer todo en la calificación de la defensa y, si el pardillo no es tonto del todo y el abogado de oficio, que a veces es de otro turno distinto de oficio, es un poco abogado, es cuando tienen que desmontar todo el castillo de naipes, y ese abogado se convierte en una molestia para el policía, el fiscal, el instructor y el tribunal al que le toque juzgar, el que pone ramas en las ruedas de la bicicleta para que Su Señoría se caiga, un pelma.
Galtzagorri ha acabado la jarra y pide otra con un gesto. Prosigue, hablando de costado, con la mirada perdida en el espejo de detrás de la barra y en el reflejo de un escote femenino, imagen apenas perceptible detrás de la cafetera.
- Lo peor que te puede pasar es que el pardillo sea inocente y que crea que con la verdad se puede ir a todas partes porque puede que no acepte el pacto de culpabilidad con pena disminuida que el fiscal te ofrecerá generosamente, muy generosamente, porque el fiscal sabe, como tú sabes, que el que está en el banquillo está porque la policía, el juez de instrucción, el fiscal que hizo la calificación y él lo consideran culpable de toda culpabilidad, así que el colega juez de lo penal o magistrado de audiencia va a oír la lluvia de testimonios, como quien oye llover ahí fuera, no va a hacer una lectura crítica de los folios del sumario ni va a aplicar la lógica en sus deducciones, sino que apicará la suprema y vigente ley, la ley del mínimo esfuerzo con la máxima probabilidad para no contradecir a esos cuatro funcionarios que han llevado al pardillo hasta el alcance del filo de su espada. Y el pardillo se llevará su condena y los colegas del Palacio tomarán el aperitivo todos juntos, quejándose de lo mal pagados que están para todo el trabajo que los abogados del turno de oficio les damos.
- Vale Galtzagorri – le dice la Negra, la abogada que ha aguantado todo el rollo con un descafeinado cortado por toda compensación -, no tomes otra cerveza que ya te has gastado con la primera los honorarios de todos los turnos de oficio de este año.


No hay comentarios:

Publicar un comentario