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miércoles, 31 de agosto de 2011

AUSENCIA

No sé si lo he dicho alguna vez que cuando estoy por esos parajes perdidos de los Pirineos tengo la sensación de que alguien debería estar también. Alguien que no ha estado allí conmigo y que no va a estar.
Es un hueco casi físico, un vacío que ha sido así desde..., algo irracional pero que no puedo evitar.
Puedo oír las palabras que diría, puedo ver los gestos que haría, puedo olerle, puedo sentir el sabor de su beso pero no puedo cogerle la mano.
Es difícil sonreír en las fotos, a veces no lo consigo.






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miércoles, 3 de agosto de 2011

UN VIP EN EL EQUIPO

Frederic De PeysterImage by cliff1066™ via Flickr
Estos días se anuncian fichajes de refuerzos en  equipos de rugby de División de Honor A. La llegada de una figura al colectivo a la vez que teóricamente es una mejora también es un problema. Aunque nuestro rugby paga lo que paga, un jugador extranjero procedente de un rugby de mayor nivel, de otra profesionalidad más “profesional”, es siempre una figura que pasa de un hábitat a otro porque las fortalezas de un equipo están en sus diferencias no en sus similitudes.
 Es preciso hacer un esfuerzo inicial en la selección de los participantes del equipo, intentando buscar el equilibrio técnico y la máxima complementariedad para la generación de sinergias, pero teniendo en cuenta que las personas complementarias son a su vez diferentes, esto es, el fichaje viene a integrarse en una estructura ya formada para darle un objetivo más ambicioso normalmente. No podemos seleccionar a alguien por su nombre –p. ej.: para dar una nueva oportunidad a un jugador que ya ha generado conflictos en anteriores equipos-, salvo que contemos con contrapesos específicos y que lo vayan a recibir adecuadamente.

No creo en los fichajes variados y repentinos. Un proceso de incremento paulatino de esos jugadores superiores parece más eficaz. Y que tengan una buena base de acogida, para ello la dirección técnica habrá de vigilar que exista previamente una comunicación transparente y fluida y un entorno que favorezca la participación de todos los miembros del equipo tanto en las perspectivas del fichaje –hay que olvidarse de los miedos a que se filtre el nombre del pretendido por debatirlo con los indiscutibles de la alineación-, como en la acogida y el desarrollo del trabajo colectivo después.
Y la primera bronca es lo esencial. Siempre tiene que haber un primer conflicto entre el nuevo y el entrenador, el capitán, otro jugador… para poder realizar la integración de verdad. Resolviendo bien el conflicto, poniendo a cada uno en su puesto de resolución del conflicto y en el que va a contribuir al colectivo, conseguiremos eso de las sinergias –no me gusta la palabra-, y avanzar.
Un Vip no es un adorno en un evento concreto, es un engranaje importante y tiene que encajar en la maquinaria que va a funcionar.
Y además que haya suerte.



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