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miércoles, 13 de julio de 2016

LIBERTINAJE A LA KOXKERA

“El libertinaje es definido por la Real Academia Española (RAE) como el desenfreno en las obras o en las palabras. Por extensión, el libertinaje está asociado a las violaciones morales y a la falta de respeto a la religión. El concepto procede de libertino, que es la persona que malgasta su fortuna en juerga y diversión. Suele tratarse de un sujeto nihilista y ateo, que sólo se preocupa por buscar los placeres corporales...” Según se recoge en una página dedicada a facilitar definiciones. Pero creo que normalmente se puede utilizar como sinónimo de “folleteo”, esto es, de la práctica de sexo con promiscuidad. Y el libertinaje, en este sentido, tiene una percepción en el norte de los Pirineos cultural, de tolerancia más bien, que a veces sorprende a los habitantes del sur. El libertinaje francés es tolerado, incluso admirado, cuando es practicado por personajes públicos y poderosos, a los que estas prácticas no les restan apoyos o simpatías políticas -casos conocidos abundan en los últimos tiempos-.
En nuestra pequeña provincia hace un tiempo, algunas parejas de mediana edad de la alta burguesía y con presencia en los poderes públicos, quizá aburridas de su vida diaria, buscaron entretenerse en “libertinajes” grupales, con más o menos folleteos consentidos entre los participantes, una especie de “do ut des” entre caballeros y damas, aunque me parece que la iniciativa fue masculina fundamentalmente, del estilo “tírate a mi mujer, mientras yo le meto a la tuya”.
El sexo en todas sus variantes es bastante adictivo, la promiscuidad crea unos hábitos que requieren mayores dosis cada vez, no solo porque “follando se conoce más gente” sino porque la vuelta a la monotonía se vuelve cada vez más insatisfactoria. Así que se buscaron ampliaciones al “círculo libertino”, lo que no es difícil teniendo poder y/o dinero, ya que follar por un favor, por un afecto traducido en regalo, o por un obsequio o hacerlo directamente por una retribución económica, son etapas que se queman mucho antes de lo que se tarda en escribirlo, y en la juventud hay ideas confusas sobre lo que es prostitución, agradecimiento o ser una “chica mala” -las chicas buenas van al cielo, las chicas malas van a todas partes-. Además ese poder a nivel guipuzcoano daba a los y las practicantes de este libertinaje “de barrio” una sensación de impunidad y una evidente facilidad para conseguir insaciablemente “carne fresca” .

Todo se acaba, el poder político suele ser temporal, la jubilación o la muerte fueron alcanzando a los líderes del cotarro, las preocupaciones por las luchas por el poder y sus carreras personales a otros, algunas corrupciones se destaparon públicamente en pleno guateque… lo que los escrúpulos no pudieron, lo pudo el tiempo. Y el libertinaje quedó reducido a su mínima expresión, pero… siempre queda un rescoldo, hay quien añora aquellos tiempos sin límites ni fronteras, de “máster del universo”, del universo en marco incomparable, por eso, de vez en cuando aparecen ante el público contra su voluntad y como lo que realmente son y eran.  sin filtros

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