No sé si lo he dicho alguna vez que cuando estoy por esos parajes perdidos de los Pirineos tengo la sensación de que alguien debería estar también. Alguien que no ha estado allí conmigo y que no va a estar.
Es un hueco casi físico, un vacío que ha sido así desde..., algo irracional pero que no puedo evitar.
Puedo oír las palabras que diría, puedo ver los gestos que haría, puedo olerle, puedo sentir el sabor de su beso pero no puedo cogerle la mano.
Es difícil sonreír en las fotos, a veces no lo consigo.
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