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martes, 8 de mayo de 2018

SICÓPATAS

- La superstición religiosa de los donostiarras levantó este ídolo, feo como un pecado que decía mi madre, hace ya 70 años dedicado al Ganesha cristiano, cuya vida nos cuentan que fue tan dramática como la del Ganesha verdadero…
Desde el Monte Urgull la ciudad se cuadricula repetidamente en la vista que se extiende a sus pies, Ulía por la izquierda, Igueldo por la derecha, la bahía, el río, las colinas urbanizadas, las peñas en el horizonte… el abogado Kimen Atotxa  habla con la periodista Coro Pacheco, quien sigue conservando en sus ojos la belleza que le sedujo hace tiempo, cuando paseaban su amor, quizá por este mismo parque. Ella no parece escucharle y, mirando a la ciudad, comenta:
- ¡Cuántos sicópatas hay por allí abajo! Los que nos denunciaban como traidores a la utopía, en la que ni ellos creían, los que querían matarnos con nuestros hijos en la versión militar de esa estúpida utopía, los que nos mataron a tantos amigos por sus ideas civiles, los que nos hicieron huir y abandonar nuestro hogar…
- Pero ahora ya han vuelto a enterrar el hacha de guerra, la quinta carlistada esta finiquitada y la sexta será una guerra fría, gris, de miedo individualizado, hasta convertir todas nuestras ciudades en una especie de calle Cardaveraz de Hernani un sábado a la mañana temprano. Mientras no tengas que vivir allí, puedes pensar en voz alta, incluso en los platós de la televisión caserío electrónico, eso sí, los de la tele nuestra te pondrán al lado tuyo alguna comandante del cuerpo jurídico militar de la extinta banda para compensar…
Más adelante en la terraza del Aquarium, alguien que pasea su infarto en este día soleado les aborda y les hace un comentario sobre una entrada en un blog que uno de los dos ha publicado y, cuando el paseante les abandona, la Pacheco dice algo así:
- Uno cree que nadie lee lo que cuelga en la red y de repente recibes una llamada de una persona que te cuenta un aspecto inadvertido del tema sobre el que has escrito y que te completa diabólicamente lo que creías saber sobre cierto pornógrafo donostiarra en cuestión o el taxista que te lleva al aeropuerto te dice que también te ha leído y vacía contigo su alma pecadora y te cuenta el transporte de jovencitas a orgías discretas como se llevan ovejitas al matadero.
- O te paran en la calle para contarte que el tal fotógrafo tuvo problemas en su anterior domicilio con una vecina que advertía a las madres de los peligros que corrían las niñas que entraban a hacerse fotos, o para decirte que vieron a una ilustrísima en estado de ebriedad con un contrabandista de especies en peligro de extinción en sitio donde no debía estar de ninguna manera o que saben que a un ilustre ciudadano su vecino le partió la cara por exhibicionista ante unos niños.
- San Sebastián está lleno de historias de cuarta derivada: que éste ha dicho a éste que aquél ha visto a aquél con fulanita y que ésta le había dicho que un tal sodomizaba a un cual al ritmo ancestral de la txalaparta.
- Yo, a los que me vienen con esos cuentos, les explico la diferencia entre testigo y testigo de referencia y les pregunto que si se atreverían a decir lo mismo en una sala de vistas bajo juramento. Porque si es delito lo que saben, lo que deben hacer es contarlo en comisaría y no en la barra de un bar para joderte el aperitivo.
En la entrada peatonal del aparcamiento del Boulevard, ambos se despiden una vez más, sin saber cuándo se volverán a ver.
- Dos tercios de la población son sicópatas -Coro tiene una voz cálida, excitante para los sentidos y las hormonas masculinas-, y no lo saben. Vivimos en la sicopatía y en la inmoralidad de una sociedad inmoral y sicópata en una cierta proporción, sociedad que elije dirigentes sicópatas e inmorales en la misma proporción. En la política, en la justicia, en el periodismo, en la farmacia y en los supermercados, en todas partes… la proporción de inmorales y sicópatas corresponde a la que hay en la población ni más ni menos.
Después que se ha ido, Atotxa se acerca a la elegante barandilla que enmarca el panorama de la bahía donostiarra, la ciudad está bonita, los turistas franceses se hacen fotos en posturas acrobáticas y ridículas antes de ir a comprar tabaco y Atotxa tiene sed de whisky.


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