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viernes, 4 de diciembre de 2015

LAS VIEJAS DIAPOSITIVAS

Esos cajones de diapositivas en el último cuarto de mi casa me recordaban todos los días que había prometido digitalizarlas para que mis hijos, cada uno viviendo en un extremo del mundo, pudieran tenerlas por internet en sus ordenadores.
English: Situated in the Pyrenees, Jaca sits o...
English: Situated in the Pyrenees, Jaca sits on a hill just above above the Río Aragón. (ATR) (Photo credit: Wikipedia)
Dicen los aficionados a los mitos que cuando uno se muere su vida pasa en imágenes en un instante. Eso dicen pero nadie que se haya muerto se lo ha contado. Y la muerte está en nuestras vidas y en esas once cajas de diapositivas que durante unas horas, quizá once también, y no un instante he ido viendo desfilar.
La muerte deja la ausencia, la ausencia, la gran ausencia que no se puede rellenar ni con todas las lágrimas ni con todas las emociones. Los recuerdos son imágenes. Un olor, una nota musical… nos traen imágenes y esas imágenes nos llevan en un destello a aquel pasado, a aquella infancia, a aquella ingenuidad –el pasado siempre es infancia e ingenuo porque no sabe lo que pasó entre aquella vida y este ahora- ¡Cuánto más una imagen nos lleva a otras imágenes!
He ido mil veces a aquel pasado y he vuelto mil veces de aquel pasado, dejando mi piel en todas las espinas del camino, cada diapositiva me ha dejado una muesca en alguna arteria de mi alma y cada dolor, cada desgarro, me hacía ansiar la siguiente.
He acabado y tengo síndrome de abstinencia. Esos álbumes de fotos en la estantería de mi casa me recuerdan que me he prometido digitalizarlas con la excusa de que mis hijos, cada uno viviendo en un extremo del mundo, puedan tenerlas por internet en sus ordenadores.


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