Me llaman de La Muela (Zaragoza) el 8 de septiembre, jueves: que han aparecido unas 500 hojas mal escritas con una forma oligofrénica y cretino contenido sobre mí, indudablemente se intenta calumniarme e injuriarme, en unión de otras dos personas guipuzcoanas, mi cliente y otro trabajador autónomo. Además se da un “teléfono de afectados” 647823969.
La expresión de solidaridad se multiplica a lo largo del día y consigue emocionar a mi cliente. Yo me río del perro chuminero que en su miseria mental desde la mierdosa cuneta en que habita intenta morder a los coches de quienes se dirigen a su trabajo, a luchar con la crisis, a ganarse el caviar y el champagne –no sólo de pan vive el hombre y menos la mujer-, con su esfuerzo.
Pero es cansado explicar repetidamente, no soy Victor Hugo, esas historias de miseria intelectual y moral, esa ideología nazi de su adolescencia, la necesidad de acudir a la droga para levantarse por la mañana, vender su culo para pagarla, extender el vicio de sus venas a la idiota que además le hace dos hijos, gastar por encima de cualquier ingreso hasta saquear a las dos familias, colaborar con la mafia verde del gal de la cocaína para subsistir, meterse en una espiral de faltas, delitos, ilegalidades hasta que en lo que resta de células grises la realidad ocupa un pequeño lugar entre tanta alucinación y basura…
Así que descansemos unos días y pensemos en los que nos quieren y hagamos todo lo posible para que los afectos ocupen el lugar de los odios en nuestras vidas, con todos los problemas, con todos los obstáculos pero con objetivos positivos y colectivos –vamos como los de los tonganos frente a los All Blacks en un rato-, aunque el resultado final sea el que dicte el marcador. Que hayamos puesto todo hasta el final, con lealtad y respeto, y que nos hayamos divertido y estemos contentos con nosotros mismos.
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| Pasquín que ha echado en La Muela |
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