Buscar este blog

viernes, 8 de junio de 2018

CHARLAS CON PULPO


El pulpo a feira y el albariño propician la conversación en la mesa del fondo del figón. El abogado de toda la vida y el fiscal que estuvo por aquí destinado se intercambian opiniones con calma, sin prisas. Algunos acontecimientos donostiarras han propiciado quizá este encuentro de quienes, habiéndose enfrentado en sala, han desarrollado un afecto mutuo.

- Que los abogados cumplen una trascendental función, es indudable. Su preeminencia en el ámbito social no es desconocida, pero su actividad se asocia a la transgresión de los principios éticos, como sabes estimado togado.

- Los profundos cambios operados en el medio económico social mundial no son ajenos a la actividad del letrado que se desarrolla siempre en la vida económica real. La globalización, el capitalismo desenfrenado, la competitividad, la ampliación de mercados hacen necesario una presencia permanente de los valores que enmarcan la actividad jurídica y un refuerzo para que la avidez económica que se ampara de todas las profesiones, no empañe los principios fundamentales pero no siempre es fácil lograrlo. Además la búsqueda de los razonamientos éticos, ha llevado al establecimiento de una serie de principios básicos que funcionen como puntos de orientación fundamentales, por lo que se establece el Código deontológico de los Abogados pero que queda ahí, como referencia de tribunales corporativos.

- Un profesional cuyo trabajo, su solo medio de vida, es pedir justicia para los demás, eso es un abogado. El ciudadano acude al profesional una vez que los conflictos no pueden ser resueltos por vía extrajudicial – viene a precisar el veterano fiscal-. Su función peculiar permite encadenar al hombre promedio con la Administración Institucional de la Justicia en busca de la tutela judicial efectiva.

- Y no es el único derecho fundamental que queda protegido gracias a la actuación del abogado, pues esta profesión es instrumento en la garantía de toda una serie de bienes constitucionales. El ciudadano tiene, entonces, acceso a la jurisdicción y el derecho a obtener una decisión fundada en derecho de parte de los tribunales, aunque los tribunales los formen hombres, por tanto falibles pero hemos decidido confiar a estas personas restablecer el equilibrio en los conflictos entre los hombres con la colaboración de los abogados, los expertos en derecho.

- En la sociedad romana, un “advocatus” era quien hablaba en nombre de otro ante quien le juzgaba. La ciencia jurídica y el profesional que la desarrolla surgen paralelamente con la defensa de derechos ante los tribunales pero ya en la antigua Roma se recogían las exigencias éticas del Abogado y todos hemos nacido en Roma, incluso los vascos.

- ¿Hace un orujo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario