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lunes, 7 de agosto de 2017

REBANADA DE VERANO Y TAL

- Emerlinda Freitas, a pesar de su nombre, no es negra ¿Mulata? No, más bien blanca mate, así como sin brillo. Tiene unos ojos saltones, saltones como los del gato de dibujos animados al que los adversarios ratones le han dado con un gran martillo en el rabo, verdaderamente saltones y la nariz también como la del gato, los golpes de la vida se la han ido aplastando. Emerlinda Freitas, al menos la que yo conozco, es, lo que se suele decir, fea, de una fealdad de cuadro cubista primitivo o de un personaje secundario de un manga japonés, pero no es desagradable, se le puede mirar a la cara, además tiene tetas, tetas duras como balones de “handball” y culo, culo bien puesto, de los de piel de melocotón. Además desde joven ha sido cariñosa, muy cariñosa… yo siempre la he querido mucho y, si no bebe, se le puede llevar a cualquier sitio. Ermelinda Freitas, la que te digo que yo la quería, de joven tenía las tetas como balones de fútbol, daba gusto verlos botar ¡Qué recuerdos! Ermelinda Freitas cuando tuvimos una época de un cierto noviazgo, vamos que se venía a mi piso a pasar la tarde mientras llovía en la calle y yo me había quedado en casa a estudiar porque la biblioteca de la facultad estaba llena, así que venía ella y yo dejaba de estudiar, aunque tuviera examen al día siguiente, y nos pasábamos la tarde cariñosamente hasta que ella se iba, entonces Ermelinda Freitas tenía un novio futbolista, un profesional que ya ganaba una pasta, y, como el tipo tenía que entrenar mucho, Ermelinda Freitas, la que yo conocía que parece que es la misma que tú dices, se venía a charlar conmigo para pasar la tarde. La verdad es que no hablábamos mucho, ya sabes las hormonas y la juventud, pero me contaba cosas de su novio, ése que ahora es un cargo del que tanto se habla y que has dicho antes, y ya entonces no me gustaba, no me gustaba como futbolista que era de los que controlan el balón, leen la jugada y acaban pasando el balón para atrás no corría riesgos, no me gustaba como persona, me parecía un taimado, era un tipo como falso, que no iba de frente, y un prepotente, prepotente con los débiles, claro, un cobarde con los que mandan. Cuando acabé la
carrera dejé de verla un tiempo pero las tardes con Ermelinda Freitas se grabaron a fuego en mi interior, así que hice por encontrarla casualmente y tomamos un café unos años más tarde y estuvimos hablando, creo que por primera vez estuvimos hablando de verdad, en realidad habló ella, había habido una historia de embarazo y, claro el futbolista tenía novia pija y se iba a casar con su novia, así que Ermelinda Freitas se desembarazó como pudo, sola, tarde y mal, no quiso llamarme a mí, sabía que yo estaba en plenas oposiciones y prefirió no molestarme. Luego se fue a vivir fuera, por el sur, más allá de Vitoria que diría el otro, se hizo comercial de unas bodegas de reputación, ha ganado mucho dinero y ese alcoholismo que te han dicho que es tan repelente, tan agrio, que le hace montar broncas en cualquier sitio. Pero te juro, que te hayan dicho lo que te hayan dicho, que yo no la he visto desde aquella tarde del café con leche, en una cafetería de Licenciado Poza, afuera llovía, ella hablaba mientras yo untaba un bollo de mantequilla, la música ambiente era de baladas country, sus ojos saltones brillaban, su cama era blandita, muy mullida...

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